viernes, 17 de diciembre de 2010

Imagia 10

Capítulo 10


Despertó por el sol de la mañana, sintió que había dormido mucho tiempo y al abrir los ojos no veía nada por la luminosidad, "dejé abiertas las cortinas" dispuesta a ver la hora estiró la mano al velador pero solo sintió "¿pasto?" Se sentó aún cegada y mirando alrededor se dio cuenta que había dormido a la intemperie.

Se miró las piernas y los brazos, claramente le habían hecho curaciones, no le ardían las heridas y de alguna forma estaban bastante avanzadas en su cicatrización.

-¡Un momento! – Se dijo extrañada - debí dormir varios días para estar tan sana.
-Nno necesariamente – Jin venía caminando con leña al hombro – usé un ungüento de muy buena fabricación, hecho con aceites y babas de animales, muy bueno para cicatrizar.
-¿Qué tú que? – se puso de pié asqueada - ¡Por Dios! ¿Qué te pasa conmigo? Déjame tranquila, me quiero ir mi casa, además hoy me están esperando para almorzar.
-Eh... eso no es posible – dijo cambiando a un tono serio.
-¿Cómo no es posible?
-Es que, estamos muy lejos de tu casa.
-¿Cómo lejos? Pero si estamos en el cerro, no vivo a más de una cuadra de a… -se paralizó al mirar hacia el horizonte –…qui. ¡Diablos! ¿Donde estoy?

El paisaje que Mary esperaba ver no era nada parecido a lo que estaba frente a ella, donde antes había una jungla de concreto ahora había una pradera, bosques y montañas.

-¿Estoy en África?
-No, no estás muerta.
-¿Qué?
-Pensé que África era donde ustedes creen que van después de la muerte...
-¡No, imbécil! – Mary no podía creer con la facilidad que ese hombrecillo la hacía tener conversaciones sin sentido – ¡agh! no importa.

Se giró para caminar sin saber hacia donde, pero un tirón en la pierna la llevó al suelo, se miró estaba muy bien atada del pié a un árbol.

-Sabía que tratarías de hacer algo como irte – le dijo mientras se preparaba para encender una fogata – preferí amarrarte, puede ser peligroso andar solo por estos lados.
-¡Tú no sabes nada de mi! – le gritó furiosa mientras intentaba soltarse la amarra. De pronto recordó el amuleto, se puso la mano bajo el cuello y ahí estaba.
-Ahora da lo mismo.
-¿Que cosa?
-Si lo llevas puesto o me lo des

Con esas palabras hizo entender a Mary que no tenía muchas opciones, Jin no la dejaría ir fácilmente, pero no entendía por que ni como había llegado a estar en esa situación, sabía que no podía preguntar, las respuestas de Jin no eran para nada coherentes. Se sentó sobre la misma lona donde había dormido y pensó con tranquilidad "y mi cartera?" no alcanzaba a recordar hasta qué momento la había cargado, miró el suelo y a su alrededor sin encontrar nada.

-Tienes cosas muy extrañas – le dijo Jin al ver lo que buscaba, dejó lo que estaba haciendo para sacar entre sus cosas la cartera de Mary – la encontré tirada por ahí, supuse que era tuya… ¿para que es esto?
-¡Oye! pásame esas cosas, - reclamó quitándole la cartera - es un encrespador de pestañas.
-¿Un trepador?
-Encrespador ¡bruto!, para las pestañas, - se puso el aparato sobre el ojo y le mostró como funcionaba - ¿ves? Así nos vemos más bellas.
-¿Quienes?
-Nosotras, las mujeres – ya veía que la conversación terminaba con alguna estupidez.
-Creo que entiendo – dijo mientras se rascaba la cabeza – es para engañar a algún buen hombre para que les vea mas bellas de lo que son y les pida matrimonio.
-¡No! simplemente es para vernos mas bellas – le parecía gracioso, pero se dio cuenta que Jin hablaba en serio – ¿sabes que? No quiero hablar más de esto y tengo hambre.
-En eso estoy – dijo volviendo a lo suyo, revolviendo una olla al fuego.

Mary miró alrededor y vio que llevaba muchas cosas entre lonas, ollas y bolsos. Jin sacó de entre sus bolsos un plato de cerámica en el que sirvió un poco de pudín – tienes muchas cosas aquí, ¿de donde las sacaste?

-Las tenía escondida para la vuelta - le respondió mientras probaba su plato caliente - ahora no podemos viajar cargados así que comeremos y dejaremos todo aquí.
-¿Y si te las roban?
-¿Robarme? – Le miró extrañado – no es que no sepa que es, pero en estos lados no hay nadie quien te pueda robar.

Solo un par de probadas al plato Mary se dio cuenta que era delicioso, o tenía mucha hambre, lo comió con gusto y dejó el plato de lado para echarse hacia atrás. Mirando el cielo.

-Eso estuvo delicioso – le dijo satisfecha – cocinas bien…
-Jin es mi nombre – le respondió sirviéndose otro poco – y tienes razón, no hay nada mas nutritivo para un viaje que un rico pudín de babosas y caracol.
-¡¿Qué?!

1 comentario:

  1. Daniel me gusta tu historia por favor sigue escribiendo y terminala

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