viernes, 17 de diciembre de 2010

Imagia 7

Capítulo 7

Corría lo mas rápido que podía, mantenía su estado a través de duros entrenamientos, sin embargo nunca había podido enfrentarse a su perseguidor, sabía que lo tenía en la mira desde hace meses y un par de veces casi lo mata, pero había tenido la suerte de salir airoso, y lo que menos esperaba en ese momento era verse en una situación de peligro si ya había conseguido el amuleto. Pero algo no estaba bien "¿Por qué no me sigue?"
Bajó el ritmo lentamente hasta casi detenerse y agudizó el oído y le extraño que no escuchaba nada extraño, cerró los ojos para escuchar mejor y allí, a lo lejos, como un pequeño murmullo un grito de mujer.

-¡Si será! – dijo disgustado  - bueno no es mi problema.

Siguió trotando  pero a unos metros se detuvo nuevamente, y miró hacia atrás dudoso, "no puedo creer que haga esto" tomo vuelo nuevamente pero esta vez corrió cuesta bajo lo mas rápido que pudo.
Mary aprisionada contra el árbol a lo único que reaccionaba era a llorar – suélteme por favor – pero el hombre no escuchaba ruegos, la aventó contra el suelo dispuesto a golpearla pero a sus espaladas escucha algo.

-¡Hey grandulón! – Jin estaba parado desafiante cuesta arriba – ¿Por qué no dejas de jugar al matón y vienes para enseñarte diversión de verdad?

El hombre se giró hacia ella y la tomó del pelo hasta levantarla del suelo – yo te enseñaré un juego – le respondió entre los gritos lamentosos de Mary – si me dejas matarte, la dejo ir.

-¿No tenias muchos amigos cuando niño, verdad? – se quedó pensando un momento – mmmh. No, es mucho sacrificio, haz lo que quieras pero a mi déjame tranquilo.

Mary lo miró atónita, no entendía que pasaba entre estos dos hombres y se daba cuenta que ninguno era mejor que el otro, la única solución a sus problemas era alejarse lo mas posible de cualquiera de los dos.

-Te encontraré después – dijo el extraño para volver su mirada a Mary levantando el puño para golpearla con fuerza – su sangre no debe seguir existiendo.

Fue en ese momento de distracción que Jin se aventó con fuerza desde la altura para caer violentamente sobre el extraño, quien cayó al suelo soltando a Mary para cubrirse, y aunque recibía golpes de puño se puso de pie con Jin prácticamente colgando en su espalda. Tomó a Jin como pudo y lo aventó varios metros. Sin despegarle la mirada caminó hacia él, ahora estaba decidido.

-Has demostrado que eres débil – le dijo con una sonrisa de satisfacción – pudiste seguir, pero no, tenias que salvarla.
-¿Qué esperas mujer? – Gritó Jin ignorando al extraño - ¡corre hacia arriba!

El extraño confundido miró las manos de Jin solo para darse cuenta que no tenía el amuleto, luego se giró rápido hacia Mary, ella herida y cansada corría cuesta arriba, con el amuleto en las manos.

-No entiendo tu engaño, enano – dijo mientras seguía a Mary con la mirada – todo está como al principio, tu no tienes la llave.

Se giró para encarar a Jin, pero la sangre se le fue de la cabeza, Jin no estaba, después de todo lo había engañado.



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