viernes, 17 de diciembre de 2010

Imagia 5

Capítulo 5

Sofía tocaba una y otra vez el timbre, pero sin resultados, Mary no abría la puerta, Edward decepcionado se había sentado en el suelo, sabía que después de tantos intentos significaba que Mary no estaba.

-Debe haber ido a comprar – dijo esperanzada su madre – tranquilo, debe estar por llegar y comeremos algo rico, ¿verdad Edward?

Edward, a pesar de tener 17 años se comportaba como un niño mucho menor, especialmente cuando el tema tenía relación con su hermana, habían tenido una calida hermandad hasta la muerte de su padre, Mary había cambiado por completo y  desde que su hermana se fue a vivir sola rara vez tenía contacto con ella. Eso lo tenía herido, no se acostumbraba a la idea de estar solo con su madre.

-¿Verdad Edward? – le insistió su madre, conciente de que tenía que presionarle para sacar palabras.
-Sí mama - respondió desinteresado – lo que digas.

Volvió a tocar el timbre y esta vez sacó el celular <no se por que llamo, nunca contesta> los tonos sonaron nueve veces, cuando iba a colgar y se escuchó una voz.

-¿Aló?
-Aló ¿mamá?
-Si hija, ¿donde estás? Y ¿Por qué se escucha tan mal?
-¿Aló? No escucho nada… esta maldita cosa no tampoco funciona – Sofía miró extrañada el celular parecía que la última exclamación se la decía a otra persona.
-¿Hija estas con alguien?

La comunicación se cortó.

Reflexionó unos minutos y volvió a marcar, sonó solo una vez.

-Aló mama si me escuchas discúlpame por no ir a almorzar pero estoy atrapada en otro lugar – su voz parecía agitada, como si estuviera corriendo – no se si vuelva a casa, pero quiero que sepan que los quiero mucho.
-Hija si te escucho… ¿hija? – no había respuesta pero no se había cortado la comunicación, se escuchaban pasos, muchos pasos, y de pronto una respiración.
-¿Mary estás ahí?
-Sólo un poco de pan señora.

Reconoció de inmediato la voz del otro lado, esa voz grave y profunda, de pronto sintió que se le doblaban las rodillas y perdía el conocimiento, "me dijo que la estaba siguiendo, y no le creí". El llanto se apoderó de ella cuando tocó el suelo con las manos.

-¿Qué pasó mamá?
-A mi hija, ¡la han secuestrado!


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